Chillanes Historia y Cultura, es una propuesta en construcciòn, uno de los objetivos fundamentales, es recopilar informaciòn sobre nuestra tierra y ofrecerles en un solo lugar. la disperciòn de publicaciones , e incluso las pocas publicaciones existentes hacen que sea màs dispersa la informaciòn, por ello, tambièn va la propuesta. Beatriz Velasco, es una de esas mujeres, que siempre propone,que siempre lucha, que siempre camina, y que a veces incluso nada en contracorriente, pero lucha , lo intenta, crea. la vì distinguirse en medio de un grupo de jòvenes de esa època, en aquel entonces , ya mi vida era un maremagnun de luchas diarias y de ver el mundo de otra manera, y por ello, apreciaba mucho màs el esfuerzo de Beatriz, soñaba y construìa una agrupaciòn de mujeres, con la organizaciòn forjaba identidad, asomò en CHIllanes, digamos que por primera vez , el intento de comercializaciòn asociativa y con mirada de gènero, EL CAFÈ MOLIDO MARCA CHILLANES, no sè que pasò con aquella propuesta, es posible que sea hora de retomarla, Beatriz , se habìa ido a Quito, y allì, tambièn siguiò construyendo propuestas e iniciativas de de desarrollo identatario de su pueblo. TRASTIES, tortillas de Chillanes en Quito. Es una mujer de lucha, de combate , de romper esquemas, de al diablo paradigmas,…….. Hoy me permito ofrecer a ustedes el articulo completo de Beatriz, publicado por la Casa de la Cultura Nùcleo de Bolìvar, en la CARTILLA DE DIVULGACIÒN CULTURAL Nro 29, que yo, denomino, “primer intento serio de construcciòn històrica del cantòn”
Gracias Beatrìz por tu permanenete `preocupaciòn por nuestro CHIllanes querido, esta reproducciòn trata de ser una continuaciòn a ese permanente reconocimiento a una mujer luchadora
M. Beatriz Velasco
Las tradiciones, o sea aquellas informaciones, evidencias y opiniones orales relacionadas
con el pasado y que se han transmitido de generación en generación4
junto con las leyendas y mitos, forman la base cultural de los pueblos, comunicación oral que poco a poco va escribiéndose para que perdure por siempre.
Así conocemos que la tribu Chillanes deriva del nombre del cacique Chillán, de raíces
Puruáhes. Inicialmente se asentaron en lo que hoy se conoce con el nombre de San Juan
Pamba, erigiendo en el cerro Pushucama un adoratorio al dios Sol y a la Luna. Años
después la tribu se ubicó en Guacalgoto (Guaca = Divinidad, cerro adoratorio. Goto o Coto
= Pueblo, en aymará), talvez con la finalidad de comunicarse en mejor forma con los
Huancavilcas. A la muerte de Chillán, comenzaron a adorar al Chimborazo.
La tribu estuvo integrada por las parcialidades de Bilován, Sicoto y Alagoto. El “AylluCicato de los Chillán” tuvo mucha importancia desde la prehistoria, en especial pudo haber
sido por tratarse de una “Bocana” muy rica en cascarilla y coca.
“La leyenda asevera que levantaron un altar al SOL, su único Dios, en la colina más
elevada de “Guacalgoto”, hacia la parte superior del actual peñasco contiguo al río, que
conocemos con el nombre “del alumbre”, desde donde se hacía más visible la “madrugada”
de su Dios para “bendecirlos” o sea la salida del sol. Pero, en varios días de invierno, su
Dios no “madrugaba” y había cundido mucho temor por la creencia de que Él estaba
“bravo” o “enfermo”; y como, en esos mismos días se produjo un derrumbe que puso en
peligro el altar de su idolatría, Chillán resolvió trasladar su población al sitio comprendido
entre el “Censo” y “Sigsi-pamba”.5
La Villa Santa Rita de Chillanes, tiene varias historias que poco a poco daremos a conocer.
A este poblado vino el Padre español Ramón Pizarro quien llegó al Ecuador en 1809 y
recibió la orden de sus superiores de realizar la labor catequizadora, en lo que hoy es
Fausto Silva M. “Leyendas y tradiciones de Guaranda”. Municipio de Guaranda 1998 (Pág. 7)
Patricio Villagómez “Homero Villagómez Aguilar y Chillanes”. Quito 1994 (Pág. 30)
nuestra cabecera cantonal. El funda la Villa de Chillanes, que le pone bajo la protección de
Santa Rita de Casia. Una muestra más de que la acción emprendida por los representantes
de la iglesia que siempre han propendido a la unión de los pueblos, contribuyó
positivamente para el adelanto social y cultural de los mismos.
El 21 de mayo de 1861, la Convención Nacional, siendo García Moreno, Jefe del Ejecutivo,
creó la parroquia de Chillanes.
Hoy deseo relatar un hecho histórico sucedido en la parroquia, en la pequeña Chillanes de
los primeros años de 1900:
Eloy Alfaro, el Viejo Luchador, junto con el General Pedro Montero salieron de Guayaquil,
con sus tropas recorriendo las Provincias de Los Ríos, Bolívar y llegó a nuestro cantón, el 4
de enero de 1906, pasando por los recintos: el Saltadero, Tambo Pamba, San Pablo de
Amalí, Limón; lugares donde se encontraban en pleno roce de los cafetales y platanales.
Aproximadamente a las siete de la mañana de ese día, uno de los peones va asustado a la
casa de hacienda y dirigiéndose a don Manuel Guerrero y a la Señora Josefa Velasco, dice:
“¡patrón, patrón!, Vienen un montón de soldados armados”. En ese entonces Ezequiel
Guerrero era un joven estudiante que se encontraba de vacaciones, que al oír la noticia sale
de inmediato de la casa de sus padres, encontrando a los Generales y unos treinta hombres
más entre oficiales y soldados. Le da la bienvenida y hace conocer a sus padres y a la gente
de la hacienda quienes eran los ilustres visitantes. El dueño de casa, Sr. Manuel Guerrero
ordenó que se despostara un torete, para agasajarlos, mientras los oficiales y soldados se
paseaban o rodeaban los cafetales. Cuando fueron invitados a desayunar, se encontraron
con preciosos manteles, ante lo cual el General Alfaro – sonriendo – dijo que no sería
bueno manchar tan finos bordados elaborados por las preciosas y hábiles manos de las
mujeres del sector, ordenando por tanto a sus soldados retirar los manteles y reemplazarlos
con hojas de plátano en las mesas. Al reanudar la marcha, fueron guiados por el joven
Ezequiel Guerrero, avanzando por los recintos de: Plátanos Urco, Chontal, Copalillo,
Matapalo, la Cuesta de las Escaleras, Mamasara llegan al recinto Lechero Loma, donde
almuerzan en casa de don Miguel Sánchez y Doña Bernardina Barrigas, quienes en
compañía de la señora Isabel Sánchez y María Costales, prepararon el almuerzo para toda
la tropa. Continúan el camino y salen por: Arrayampamba, Jashi, Vaquería, Chiriyacu,
Agua fría, Pivitían, Sigsipamba, llegando de esta manera al centro poblado de Chillanes a
las seis de la tarde, hospedándose en casa de don Manuel Guerrero, que era una
construcción de adobe y cadi, con interiores muy bien arreglados, poseían unos sofás de
lujo en los cuales el General Alfaro y el General Montero durmieron. La tropa hizo cama
general en la sala y otras piezas. En la casa había un hermoso jardín con árboles de nogal,
arrayán, palmito, aguacate, limón, guabo, naranjilla y el árbol de peregrina que jamás deja
de florecer, entre otras plantas que dan gusto mirar. Tenemos que decir que en la actualidad
la casa es de dos plantas con balcones y se conserva el jardín, como también uno de los
sofás de nuestro relato. Al siguiente día fueron invitados al desayuno preparado por las
hermanas Leticia y Domitila Guerrero, después todo el poblado se acercó a conversar con
los generales y las tropas, quienes les manifiestan necesitar caballos. El Teniente Político,
sin esperar nada, mandó a decomisar los mejores caballos para los generales y algunos para
la oficialidad. Continuaron viaje a Chimbo y Guaranda hasta donde les acompañó Ezequiel
Guerrero. “Es un orgullo para mí el haberle servido General Alfaro. Deseo que el éxito le
acompañe”, le dice al aguerrido militar, recibiendo la siguiente contestación “No tengo
palabras para agradecerle por lo bien que se ha portado usted, su familia y el pueblo en
general. Temí que podía ser una traición, pero todo lo contrario, solo recibí amabilidad y
simpatía y usted se portó como un verdadero caballero”. En señal de afecto y
reconocimiento sacó un arma muy pequeña, obsequiándole como recuerdo de su paso por
estas tierras. Tiempo después, el señor Ezequiel Guerrero, recibió una carta del General
Eloy Alfaro, en donde le ofrecía un cargo importante, que no es aceptado. Debemos indicar
que esta carta vino en papel membreteado con el nombre del General en letras doradas.
Reliquia histórica que conservan los hijos del señor Guerrer
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